sábado, 19 de diciembre de 2015

Francia 5 (2015) El sitio troglodita de Jonás

Interior de la capilla románica. C.M. Aguilar Gómez.
El lugar troglodita de Jonás es un curioso poblado de la Edad Media que se localiza cerca de la población Saint Pierre Colamine, en la región de Auvernia. El sitio aprovecha un cortado de origen volcánico, relativamente fácil de horadar, con amplias vistas sobre un valle cubierto de bosques, sebes y pastos. A lo largo del tiempo se fueron tallando en el cortado numerosas estancias con diferentes usos: una capilla románica, viviendas y una fortificación-castillo incrustada en la misma roca. Se pueden encontrar hasta sesenta cavidades talladas a diferentes alturas del cortado. Puedes visitar muchas de ellas aunque otras han colapsado con el paso de los siglos desde que se abandonó el poblado.




La negación de Pedro en el techo. C.M. Aguilar Gómez.
Parece ser que el origen del poblado se debe a la presencia de una pequeña comunidad de monjes en un oratorio del siglo IX que luego se convirtió en capilla en el siglo X. La capilla románica es quizás lo que más llama la atención en un primer momento. En 1706 una parte del tempo colapsó por la inestabilidad del cortado y sufrió algunos cambios como refuerzos de muros y algunos pilares para evitar un deterioro mayor. En el interior de la capilla se encuentran algunos frescos de gran interés. Hay cinco escenas sobre el techo, entre ellas la negación de Pedro y el canto del gallo que es una de las que tiene una mejor conservación con un color más vivo y el trazo más completo.



Exterior del castillo rupícola. C.M. Aguilar Gómez.
Tras la primera etapa de ocupación del cortado se instala en el siglo XII un noble feudal, Jonás, que proporciona protección a los monjes y favorece el asentamiento de campesinos. Se trata de una época convulsa donde se busca la protección del cortado. La fortificación del señor feudal es para mí lo que tiene más atractivo del lugar. Aunque lo que se ve hoy no es gran cosa, hay que tener en cuenta que solo se ha mantenido lo que ha quedado excavado en la roca. Nada de la estructura adosada al exterior se ha mantenido. Según cuentan, el conjunto tenía el aspecto de una torre de piedra fortificada de cuatro plantas con una estructura de madera en lo alto para su defensa.




Escaleras talladas en la roca. C.M. Aguilar Gómez.
En el interior del castillo impresionan las escaleras entre las diferentes plantas. Las escaleras de caracol son habituales en los accesos a torres de castillos e iglesias, pero hay que tener en cuenta que éstas de aquí, aún con el mismo aspecto, no son hechas de sillares a medida ¡están talladas dentro de la roca! En el castillo se pueden ver también varias estancias con distintas funciones. En aquella época las habitaciones rupícolas tampoco permitían muchas comodidades a un noble. Había poco margen para lujos. Es por ello que cuando la función defensiva perdió importancia, la nobleza consideró el castillo demasiado austero para sus gustos y lo abandonó.




Vistas del valle desde el castillo. C.M. Aguilar Gómez.
Ver este castillo me ha ayudado a comprender mejor algunas fortificaciones rupícolas presentes en La Rioja Baja como el castillo de Inestrillas, que agonizan sin que nadie se preocupe de recuperarlo. También me ha servido para ver el reciclaje de las estancias con el paso del tiempo. En este castillo de Jonás la última planta fue reconvertida de espacio defensivo a palomar. Algo parecido dicen que sucedió también en muchas de las cuevas-palomares que vemos hoy en día en el valle del Cidacos (La Rioja), solo que esos a apartir de oratorios y monasterios rupícolas altomedievales. El paso de los años cambia las necesidades y lo que hoy parece una cosa pudo no ser igual en el origen. Algún rato traeré a este blog el curioso origen de las cuevas-palomares del valle del Cidacos, la particular "Capadocia riojana".

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